martes, 9 de agosto de 2011

Fuego dentro de la Ruka





El viaje



Viajamos desde Santiago a hacia Coñaripe con machi Juanito y Mona en Luna bus, ibamos muy cargados, el machi llevaba muchas cosas para su comunidad, nosotros nuestras mochilas, regalos y una gran bolsa de ropa recolectada para los peñis de Trafún, al llegar al terminal estaba todo alborotado, repleto de gente, me baje del auto para llamar a uno de esos chicos que ayudan con "yeguas" para llevar los bolsos, todos bajamos y empezamos a llenar la carga, luego de despedirme de mi hermana camino entre medio de la gente buscando el rumbo al anden, un mar de gente caminando en todas direcciones, mientras avanzaba en el tropel de gente, quien guardaba silencio. Luego de cargar nuestras cosas en el bus, me toca discutir con el chico de la "yegua" que nos quiere cobrar el doble de la tarifa por lo abultado de la carga, le digo que me debio haber advertido y mirando al suelo me dice ok lleguemos a un termino medio. Subimos agitados, el bus estaba lleno, el machi me mira con cara inquicidora, diciendome sin decirlo: por eso quería llegar una hora antes. Luna bus elige una peli de reivindicación de derechos sociales gringa, mientras nos alejamos de Stgo pienso en el bullicio de la ciudad, el aire contaminado y el movimiento social creciente.



Amanece abro la cortina y ya nos encontramos en Lican Ray, las nuves bajas muy blancas con un sol comenzando asomarse por detrás de ellas, el machi me indica que es hora de prepararnos para bajar del bus, kilometro 8 3/4 camino a Coñaripe, al bajar nuestra carga, no pude sino apreciar el paisaje, los bosques de los cerros en su mayoría hualle (roble joven) con sus hojas de colores, en algunos amarillo intenso en otros naranjos y rojos, el volcán detrás nevado y humeando, en la otra dirección el lago calmo mostrando su quietud imperturbable, el aire cristalino y fresco. Veo que a unos metros llegan los peñis Huanchumariano, ellos son dos hermanos mapuches, y un amigo de ellos pancho se acercan a ayudarnos para llevar las cosas, con quienes habiamos compartido en una jornada de minga por la ruka.



El sol ilumina la fresca mañana al dar vuelta la subida a la entrada de la casa del machi veo la ruka terminada, con su techo de juncos verde cafés, se ve tan bonita, como de cuento, saludamos a algunos de los invitados al llegar a la casa dejamos las cosas y vuelvo hacia el Rehue lo saludo, en ese momento sale de la ruka el machi Christian a saludarnos, se ve radiante con su atuendo y muy contento de recibirnos, los machis se saludan con un cálido abrazo, le entrego los regalos, unos pocillos y platos de greda y unos vasos que el machi agradece muy contento. Me encuentro frente a la puerta cerrada de la ruka, abro las puertas y mi primera sensación es de que entro a una a un espacio largamente habitado, recuerdo lo que me comento hace mucho el machi que en la construcción de esta encontraron restos de una antigua de más de 500 años, adentro el olor a leña encendida, los comensales comparten un mate, saludo a cada uno: mari mari lagmien... mari mari peñi,... y veo al final a Mónica y Juan Galdames, sentados como si fueran antiguos residentes de aquella ruka, ellos habian llegado la noche anterior y ya parecían ser parte de la casa. Me siento y la madre del machi me ofrece tortilla con queso y un café.



Luego de un almuerzo muy regado con cazuela y carne de cerdo vacuno y pollo, comenzamos a matear, el fuego de la ruka parecía sereno, con grandes maderos de leña de coigue parecía estar tranquilo y contento, su calor entiviaba toda la ruka, Huanchumariano es el sevador y mientas da la vuelta el mate, conversamos sobre el convenio UPOV 91 y los movimientos en contra los transgénicos, otros peñis me comentan que por alla no se tiene idea de estos temas, yo sigo hablando de los efectos de este convenio y veo que ellos comienzan a bromear como si no les importara mucho estos cuentos de winka, Huanchumariano se acomoda, haciendo un chiste como si estuviera en una reunión winka cruza las piernas y acomoda la silla de coligue a modo de berger y luego se rien con su hermano con una complicidad impenetrable, el otro imita el gesto de cruzar las piernas como un caballero pero no lo logra y se rien juntos, Huenchumariano toma el kultrun y su hermano el "cascabel" todos callamos y escuchamos. Pienso que todo esta en el hacer nuevamente.



La consagración del machi



Después de que el mate había dado varias vueltas, dejándonos bien despiertos. el machi Christian nos indica que la ceremonia va a comenzar, nos ubicamos en torno al rehue, los dos machis comienzan a tocar el kultrún convocando a los espíritus, las trutrucas y las pifilcas comienzas a sonar y las voces de los machis en mapudungun se escuchan fuerte, no de grito sino de resonancia. Una vez mas el viento se hace presente como si los espíritus nos saludaran. Se hacen las ofrendas y el machi juanito les indica a unos peñis que traigan las banderas, mientras el retira las antiguas ramas del rehue y el machi Crhistian coloca las grandes ramas del canelo recien cosechado, el kultrún no se detiene ni las pifilcas, a veces el ritmo disminuye como para que se escuchen más fuertes los rezos de los machis, los bandereros siembran las banderas y el rehue reverdece, se ve poderoso, el machi mayor afirma las ramas mas grandes y las mueve con fuerza, como pidiendo el newen al árbol sagrado. Comienza el purrún y la energía se siente, el viento nos acompaña con un suave murmullo de hojas otoñales de los jóvenes robles. Damos vueltas y no importa el tiempo ni el resto del mundo, esa complicidad entre los participantes es poderosa es como si fueramos parte de un silencioso acuerdo de comunidad. Las banderas blanco azul flamean erguidas poderosas.



El machi juanito rodea la ruka con el kultrún y arroja una rama de canelo sobre el techo de ésta, sus rezos en mapudungun se escuchan con fuerza. Parece como si saludara a los espíritus de la ruka, y a cada uno de los elementos que la componen, después de un tiempo indeterminado se nos invita a pasar adentro, los primeros en entrar son los machis. Entramos todos en la ruka y parece que el número de los comenzales hubiese estado pensado ya que entramos todos y el espacio esta cubierto por completo todos alrededor del fuego. Los machis sentados uno a cada lado del fuego mirando hacia la puerta de la ruka, juanito comienza a llamar a algunos para dar indicaciones, cuando estoy sintiendo que el fuego comienza a calentarnos con fuerza veo al machi juan haciéndome una seña, me llama, me acerco y me indica que busque ramas de lawen (medicina) y que se las pase a cada uno de los presentes para saludar al machi en su nueva ruka. Salgo hacia afuera y veo ramas de canelo cerca de otros arboles, comienzo la recolección con premura, y siento esa conexión con el ceremoniante como el aguila en un temazcal, entro reparto las ramas y comienza una de las partes mas emocionantes, cada uno comienza acercarse al machi Cristian, a hablarle al oido mientras el esta sentado, sus padres su abuela, sus familiares en orden, luego los peñis amigos y el resto de los invitados, cuando toca mi turno veo la emocion del machi, de sus ojos brotan lagrimas y su energía esta brillante, lo abrazo: Bienvenido machi lo saludo, mi apoyo y mis respetos. El calor de la ruka nos abraza…



Ahora que recapitulo aquella experiencia no recuerdo bien cundo termina la ceremonia y comienza otra, en la ruka el tiempo parece detenerse, no importa si hay lluvia o viento afuera estamos simplemente alrededor del fuego, el mate comienza a conectarnos y el machi Juan pide palabras de saludos al machi joven, se las va pidiendo a ciertas personas que el elige, nuevamente hablan por orden los padres y familiares, antiguos amigos, algunos en lengua mapuche otros en castellano criollo, en un momento el machi Crhistian me dice don Jorge Lay su turno, yo sin pensar algo muy elaborado solo agradezco la invitación en nombre mío y de Raíces del Sur, hablo del pueblo mestizos, de quienes recordamos a nuestros ancestros, que buscamos la conexión con la ñuke mapu, quienes cuidamos las ceremonias antiguas, llevare esta experiencia como un tesoro en mi corazón y la compartiré con mis hermanas y hermanos cierro, después de que cada uno termina todos “afafanan” con los gritos clásicos de apoyo...



Mientras siguen las historias se hacen tortillas en las brasas del fuego, sopaipillas y mas tarde un asado con carne de vacuno, cerdo y pollo, papas y ensaladas, antes una sopa nos calienta el cuerpo, sigue el mate todo es como una rueda medicinal, marcada por el ritmo del kultrun. Ya de noche luego de cenar comienza una de las jornadas mas potentes de la velada todos sentados alrededor del fuego nuevamente apoyando nuestras espaldas en los muros de la ruka, el machi agradece a los comenzales su presencia sus saludos y el apoyo en la construcción de la ruka, primero en mapudungun y luego nos traduce a los demás. La noche se siente tan calma y tranquila en la ruka. Los trompes rompen el silencio y señalan que se avecina una jornada musical y de purrún. Siento una calma sensación de felicidad, todos estamos como enbriagados en una especie de ensoñación, el kultrún y las pifilcas siguen a los trompes, el machi se levanta de su silla y saca a su compañera a bailar tomados de la mano y comienza el purrun dentro de la ruka, Cuando pasan junto a mi me invitan a acompañarlos, yo invito a la Mona que mira sonriente, detrás nos siguen el resto, en breves minutos todos estamos bailando menos los músicos y el machi juanito que mira y sonríe hablándole al oído a uno de los peñis quien tras escuchar sus agudos comentarios le saca risas, el purrún sigue y parece que el kultrún resuena mas fuerte dentro de la ruka, el fuego sigue observándonos fuerte en el medio nos tomamos todos de las manos y en una comunión de palmas todos sonreímos y seguimos el ritmo del kultún que poco a poco aumenta su ritmo, siento mi cuerpo mas despierto que nunca, hay una energía en el lugar muy fuerte, me siento eufórico, después de varias vueltas siento la necesidad de salir a tomar aire.



Los ancestros romanseando



Afuera la noche esta tranquila y la ruka parece estar encendida como rodeada de una luz amarilla, las banderas del rehue aun se agitan, siento el suave aire mover las hojas del bosquecillo junto a la casa, algunas nubes bajas y un cielo estrellado que parece estar en complicidad con la ceremonia, escucho gotas suaves que quedaron atrapadas en los árboles después de la llovizna de la tarde. Todo parece reverdecer y estar más vivo que nunca, comienzo a comprender una nueva dimensión de las ceremonias mapuches, nada es como parece a simple vista, todo es como un cuento que se va descifrando y experimentando, simplemente hay que entregarse, siento una fuerte sensación energética como si todo se moviera como el purrún alrededor del fuego, recuerdo la noticia de los volcanes en erupción, todo parece estar más despierto, la luna creciendo.



Al regresar a la ruka todos de vuelta sentados, uno de los peñis, viejo amigo del machi Christian comienza un canto en lengua mapuche, es una especie de mantra que sigue el mismo ritmo continuo y solo cambian algunas palabras, la métrica de las oraciones parece calzar siempre, el sonido me recuerda los ícaros de una ceremonia de medicina de la selva, es muy bello, luego un peñi me explicará que lo que escuchamos es un romanseo , y me dice que el peñi le va recordando al machi las historias de cuando eran niños de sus conversaciones, recuerda a su abuela como rezaba en romanseado mientras sembraba las semillas, pienso que lo más increíble es que todo esta siendo improvisado, como si fuese una paya o una rapeado, es como si de repente el joven peñi estuviese canalizando a sus abuelos. El machi Cristian le responde romanseando, seguimos como embriagados por el canto, la noche continua mágica…



En un momento torpemente intervino preguntándole al machi Juanito si podemos cantar una canción en ofrenda para el grupo, un peñi me hace ver que el protocolo es consultarlo al machi dueño de casa que es el machi Cristian, quién nos da su inmediata aprobación, después de darnos muchas vueltas pensando cual cantar, Mónica y Juan sacan la cara por nuestro grupo y Mónica canta una hermosa canción de los amantes, mientras Juanito la acompaña con el trompe resonante, todos quedamos como embrujados por la letra y bella voz de Mónica, el canto y los romanseados continúan hasta que poco a poco los comensales somos vencidos por el sueño.



Al día siguiente nos despertamos pasada las 7 de la mañana el kultrún y las trutrukas van despertando a los asistentes, que poco a poco aparecemos frente al rehue, los machis inician la rogativa, bailamos purrún el viento nos sigue suave acompañandonos, algunas nuves bajas y timidos rayos de sol se cuelan, la vista del lago es imponente, los cerritos verdes amarillos naranjo rojos van iluminandose poco a poco, el volcán humeante detrás nuestro, entramos en sintonía, Juan Galdames toca la pifilca y parece que todos ya estamos integrados, el frio se lo lleva el purrún, la rogativa termina con palabras emocionadas de los machis, un abrazo entre ellos sella la jornada, entramos a la ruka a tomar desayuno, mi cuerpo parece recien estar procesando la gran cantidad de comida del día anterior, pero la tortilla caliente y las sopaipillas no se pueden resistir.



Luego de la comida los comensales empiezan a partir mientras otros llegan, las conversaciones y el buen humor continúan, no importan mucho los nombres o apellidos es una conexión de hermanos, los saludos y los abrazos de despedida son cálidos y sentidos, todos estamos como enmedicinados, Con los chiquilos y los peñis vamos a caminar al lago, mientras avanzando por el sendero, Juan Galdames me comenta sobre las enormes abuelas, rocas volcánicas que están junto a nuestro caminar, la arena volcánica negra con las grandes piedras de erupciones nos hacen recordar la fuerza del pillán, el lago iluminado por unas garzas blancas esta calmo como un espejo. Las bromas entre peñis y winkas son cariñosas, unos juguetean y otros guardan silencio hacia el horizonte, el machi Juanito nos acompaña y sus chistes nos hacen reír a todos.



El regreso de la caminata me hace pensar en el regreso a casa, siento que todo esta bien y que todo es como tiene que ser, que el tiempo no se detiene ni se apura, que las puertas se van abriendo solas y las relaciones tejiendo, la medicina antigua esta ahí fresca, cada vez más fresca, los ancestros nos hablan a través de la naturaleza, sólo hay que estar ahí para escucharla hablar.



Así se emprende el regreso.



Pelom!



JL



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